Despojada de ángel, voy pisando la línea burdel, la que sea en dirección, al remanso stone.
Como un cuervo desplumado, mis huellas: gris de resaca traspasan el pavimento.
Elevo mis pensamientos cuando la madrugada se viste como masa etílica y vagabunda.
Mi cuerpo aún en pie, se balancea por el sopor de la quietud del amanecer.
No hay bus stop en mi noche, ausente de cuervos, con a las de ángel.
(un disparo, horas después)
m.r.b.