« La ignorancia de las grandes masas sienta las
bases de la felicidad de las cúpulas gubernamentales que se encargan de
fabricar caudillos dictadores y falsos mesías en América Latina ».
Jhon Smith
Por: Martha Robles
Milagros es una joven estudiante de 19 años que al igual
que miles y miles de chicos se estaba preparando intensamente para alcanzar una
vacante en la prestigiosa Universidad Nacional Mayor de San Marcos; sin embargo
así como ella, esos miles de jóvenes tuvieron que decirle adiós a ese sueño, en
el último concurso de admisión de dicha casa de estudios.
A la convocatoria se presentaron 33, 000 postulantes que
pugnaban por una vacante de las 1525 ofrecidas, una situación que año a año se
viene complicando y ocasionando que muchos jóvenes tengan sus metas truncas al
no lograr el ansiado ingreso.
Sin embargo, este desajuste que se presenta por una sobredemanda ante una pobrísima oferta educativa estatal, perdura desde mediados del siglo XX debido al crecimiento poblacional y se agrava aún más en nuestra realidad por la centralización, que motiva a muchos jóvenes a migrar a la capital en busca de mejores oportunidades y una mejor calidad de enseñanza.
Para dar unas cifras de esta problemática, el número de
postulantes se ha incrementado de
Muchos han sido los intentos para cambiar esta realidad, más de 15 reformas educativas dan fe de ello, desde el gobierno de José Pardo con su modelo de corte idealista, años después; Leguía lo haría pero según el patrón estadounidense, el cual no encajó con nuestra idiosincracia latina ni con nuestro temperamento. Durante el gobierno de Velasco se implantó la educación de tipo marxista en un afán de modernizarla, ya en el gobierno de Fujimori se pretende municipalizar la educación; sin embargo no era más que una forma engañosa de descentralización que consistía en un simple cambio del centro de pago.
Programas que no han dado resultados satisfactorios debido
a que están basados en modelos que no se ajustan a nuestro contexto, con meros
cambios como quitar o adicionar cursos, cambiar denominaciones y nada más.
En 1990 el Perú asumió los compromisos de
Diez años después se evaluaron los resultados y se comprobó
que aún persistían las deficiencias y disparidades, la exclusión seguía siendo
una característica resaltante de nuestro sistema educativo, propio de los
países pobres.
Sin embargo, no hay forma de salir de la pobreza sin una educación de calidad según estudios realizados por especialistas. Los factores que determinan este proceso son la productividad del empleo, la calidad y permanencia de la educación y el uso adecuado del crédito.
Educación de calidad es aquella que convierte al docente en
el verdadero protagonista de los cambios, mejorándoles sus condiciones de
trabajo, así mismo ofreciendo una adecuada infraestructura, acompañado de un
programa de nutrición, así como también un buen contenido y un calendario
escolar que se adecúe tanto a la realidad como al contexto de cada lugar,
además que estimule la participación de los padres.
Este modelo ofrecerá capacidades para el desarrollo personal, la creatividad propiciará buenas relaciones interpersonales, capacitará para el trabajo, a fin de hacer frente a un mundo cada vez más competitivo
Queda al sistema, al aparato estatal de turno hacer frente al problema y tomar serias decisiones con respecto a esta problemática, si realmente quiere combatir la extrema pobreza que nos azota cada vez más; y a la población, tomar consciencia de ello para exigir verdaderos cambios.