Su corazón se detuvo el 28 de marzo de 1993, pero una tarde de verano de 2005, volvió convertida en un ave de paz. De sonrisa de cristal y solo me preguntó: "¿qué hora es?".
El brillo de sus ojos fue un abrazo que nunca olvidaré.
El brillo de sus ojos fue un abrazo que nunca olvidaré.