Mundo Butterfly

@mundo_butterfly

viernes, 7 de noviembre de 2014

Barrios Altos in Blues

 
Los barrios tienen la personalidad de sus vecinos. Un barrio es el espacio que nos conecta con el mundo externo, donde se archivan los flashbacks de un pasado no lejano, cuando jugábamos o besábamos, donde se cuajan las amistades con silbidos distintos en las esquinas. Sin embargo, con el pasar de los años el barrio se vuelve un baúl. Y para algunos que dejaron el Perú, el regreso al barrio factura algunas lágrimas.
 
Cuando pienso en Barrios Altos, los recuerdos del edificio mostaza despintado me asaltan. En el edificio del jirón Huánuco de la cuadra tres, el tiempo parece detenerse por las capas de polvo en su fachada. Si tuviera que retroceder el tiempo a mis siete años; vuelvo mentalmente al cuarto piso de aquel edificio cuando mi atención se dispersaba en las geometrías de las baldosas, entre sus rombos y curvas de colores ocres. Me llevaban para visitar a los tíos. Estando dentro, las baldosas volvían como ilusiones ópticas. Solía abrir y cerrar las puertas de madera con marcos, vidrios y perilla blanca.
 
Aún estando en Barrios Altos, en el departamento del tío, nunca escuché un vals, ni género criollo que se le asemeje; sin embargo, las historias de la Viuda Negra eran usuales mientras conversaban en la sala. Una noche escuché a mi padre decir que con varias copas encima caminaba zigzagueante por el jirón Huánuco en plena madrugada; y el cuerpo se le heló cuando una mujer madura de velo negro se le cruzó. Él vio que ella se suspendía en el aire. Tres hombres parecían seguirla y lo poco que recuerda fue una pregunta simple de parte de ella: ¿Tiene Ud. un cigarrillo? “Todo mi cuerpo empezó a temblar y sin mirarla le invité uno, prendí el encendedor y eché a correr.
 
 
Precisamente es en el jirón Huánuco (antes Las Carrozas porque ahí solían estacionarse) donde existía el río Huatica, según dicen los investigadores. A unos metros de aquel edificio, se puede ver el retrato de la Virgen de las Mercedes, la patrona de Barrios Altos. Una obra de cariz urbano, entre rupestre y devoto. Entonces, recuerdo los recorridos de las mujeres de la familia a las Siete Iglesias en Semana Santa, que por cierto hay muchas, porque cuando los españoles llegaron levantaban iglesias para extirpar el espíritu de las huacas. Los homenajes a la Virgen del Carmen se rinden los 16 y 26 de julio de cada año, ocasión para dar rienda a la poética – lírica del criollismo. Barrios Altos se hizo improvisadamente en la época colonial. La falta de planeamiento urbano y la cercanía al Cerro San Cristóbal permitió que el trazado de sus calles sea desigual y sean caprichosamente desniveladas. Este barrio era considerado el punto neurálgico – distributivo – administrativo que conectaba Lima con los Andes. El agua era también el recurso principal de distribución desde épocas prehispánicas. Su cercanía al río Rímac, convertían estas tierras en un fértil valle irrigado por acequias.




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