Mundo Butterfly

@mundo_butterfly

miércoles, 6 de diciembre de 2017

La Mancha

En esta ciudad el pueblo se vuelve traición cuando solía descansar en una sala solitaria. Mi hambre por el lenguaje fue insaciable en horas incontables y en las tendidas charlas con Jorge, venezolano vuelto bibliotecario en este país cuando ni el asilo ni las arepas estaban: ¡a la orden!

Precisamente, hace veinte años, mi soledad se sentaba por horas, día y noche; enjaulada como presa de rapiña, masticando página tras página los tomos y párrafos con la paciencia galopante de un Quijote.

La sala impregnada de madera añeja se internó en mi pasado infértil, el molino giró en contra de mi destino novelesco. Lejos quedé de La Mancha, señal de que los perros nunca ladraron.

#microficción

lunes, 20 de noviembre de 2017

#nochedeletras

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ésta es una noche huérfana, tus huellas aún siguen frescas de brizna lúgubre. Tu frío entumece mis venas. La inifelidad es un libro.

Perú, el país que llegó a ser feliz a sus 36 años


La hazaña llegó cuando la paciencia estaba al límite. Los titulares de un casi, casi ganamos; casi casi le empatamos era rutina en cada competencia. Y sí Perú necesitó de un Tigre para despertar ese corazón rebelde y recuperarse en cada prueba que tocó con uno o dos goles en contra. Supimos también de derrotas, pero la esperanza se mantenía prendida cuando sabes que en tu federación quieren erradicar las argollas y darle autonomía a un profesional que vio, analizó, evaluó y buscó a los fijos que nos darían ese pase, el último para completar el avión de las selecciones Fifa. Esta fiesta, que ya la veíamos por 36 años, resignados a escoger el país que más agradaba pero que en nuestro presente un argentino Gareca nos demostró que solo es necesario confiar en nuestro trabajo para estar a la altura de la competitividad. Lamento que el entrenador Hudson no estuviera preparado para la presión aguerrida de los hinchas, como se estila en este continente; pero era una guerra. Como dijo una reportera: "en las calles parece que hubiera acabado una guerra". Y sí, ya nos sentimos en paz con nuestros muchachos, peruanos de puro corazón.

#ArribaPeru

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Diario (2007-2008)

Tras varias decepciones
cada una marcando una huella a su paso
tras tantas ilusiones esfumadas, desvanecidas
llego al final del camino
y es el mismo problema
dar rienda suelta a mis emociones, sentimientos...
a pesar de tener a la indiferencia como respuesta

dejarme llevar por el sentimiento
es un defecto innato
no puedo evitarlo
es parte de mi naturaleza

muchas veces me he preguntado por qué
¡Por qué me tocó ser así!
 de pronto desciende la razón
entonces estas líneas se vuelven una realidad

si ese es el sacrificio de cargar un alma golpeada
por los desamores

si ese es el sacrificio
por cavilar en lo más profundo de mí
entonces asumo las consecuencias
la jirafa no es tuya más
éstas son mis últimas palabras para ti
después de escribirlas
morirás en mis pensamientos
no se trata de tener que perdonar
me defraudaste infinitamente
entonces cavo tu tumba
a la par que fluyen estas líneas

...
simplemente ya no existes
no te guardo el odio
porque ese es también un sentimiento
pero tú...aquí, ahora y mañana
no inspiras
no me mueves
aquí, ahora y mañana...eres nada para mí

espero que no le falles a alguien más
cuídate de todas formas
tal vez no vuelvas a tener a alguien
como yo lo hacía por ti

adiós

viernes, 20 de octubre de 2017

Jalea y chocolate

su tierna voz acaricia mi oído como los susurros de un saxo desolado en una habitación oscura
sus ojos brillan de inocencia
me animan a seguir aún los surcos del convivir existencial
a seguir girando en este mundo dispar, recalcitrante y perturbado
su cuerpecito me habla el lenguaje de las mariposas
alimento a mi alma

Soy la creación de Dios
parece decirme
esta criatura de la pasión febril de dos cuerpos divorciados

Jalea y chocolate en las mañanas de sol agazapado en la orilla

me sumerjo en nubes surreales
las risas nos asaltan hasta despojarnos de aire
risas en el cofre de mi memoria
mientras los años sean un banco finito
seguimos aquí, divirtiéndonos en su mundo de realidades simples
simples para olvidarme de las perturbaciones de mi historia
a su lado, los demonios huyen

miércoles, 18 de octubre de 2017

Campanario

Las nubes envuelven la melancolía en nimbos caprichosos
de una mañana vacía de tu piel
mi cama es un campo de batalla desierto, contigo a la distancia
mi mente no para de girar
con la idea de confundir nuestros espacios cinéticos

El tic tac no me atrapará
no dejaré que las vueltas horario me traicionen
me verás en punto en el campanario
porque me importa un carajo si el tren se me pasa
porque la vida me basta con solo unirme a tus manías y a esa neurosis que me provocas
por la Coca Cola que te tomas religiosamente como desayuno, ahumado en cigarrillos

En los días que me quedan, quiero unirme a la revolución de tu espacio, epicentro del ciclón de tu desorden. Sí, me ataré a tu rebeldía en cambiar porque con cada tañido entendí que amar es firmar un cheque en blanco

Corro, yo corro al campanario para unirme a tus fobias, a tu pánico por los gallos, porque esa idea de volar en parapente es solo ilusión. Bajo el campanario, tu naturaleza y la mía se conjugan, tus calores se confunden con los míos bajo cada tañido diciéndonos sí, volemos hasta el infinito.

 

lunes, 9 de octubre de 2017

Qué significa ser peruana (Clasificatorias 2017)



Todo lo, que creo entendido que 24 paños, nos hacen soñar. Me volví ilusionada con esta mi selección. Á los cuatro años sabía teníamos historia. Papá me llevó al Nacional para recibirlos luego de jugar en  España 82. Y con los años, andaba esperando y perdiendo más la fe. En mi país, mucha vibra está cambiando, desde que la corrupción se está volviendo denunciable.
Hoy sé que mi selección quiere hacer las cosas bien y darnos de una vez por todas, una inmensa alegría. Nuestra tarea es vivir cada día siendo mejores compatriotas. #ArribaPeruCarajo

jueves, 17 de agosto de 2017

la cita

Ya lo superé, le respondió Efraín al especialista, el Dr. Ludovico Rosales, vestido de un blanco Naval, en cuya insignia; su apellido se distingue por el relieve del fondo negro.
Esta cita ya pasaba los cinco minutos de duración, algo tan inusual en un hospital estatal. Al parecer y siendo un poco diferente a los tratantes anteriores, el doctor Ludovico mostraba un verdadero interés clínico.

Entre las cuatro paredes color humo, tan vacías como un abismo, en una habitación tan pequeña como una cajita de fósforos; doctor y paciente se veían abstraídos en el curso de una historia clínica, a su edad ya abultada. Mientras yo reparaba en la vida de un paciente naval. Al contar sus ochenta y tres años, miré con detenimiento los profundos surcos en su piel, en la callosidad de sus dedos por el trabajo diario de existir.

Cuando estaba en servicio, el médico tratante me prescribía Triptanol y Diazepan, en tranto que el psiquiatra anotaba.

El grado en una vida militar es muy relevante, incluso aún si su condición es la del retiro. Como olvidar aquella visita al Museo Naval cuando un anciano marino increpó al Oficial de Mar: Oiga Ud. no sabe saludar. En la Marina se sabe decir Buenos días -, llevándose la mano derecha en posición marcial. Cuando hay jerarquía, las canas pesan, sin duda.

Probablemente el nombre no importe mucho, solo la memoria de haber trabajado treinta y dos años de su vida para ser TS1 (Técnicos Superior Primera) para la institución, para Dios, la Patria y su madre.

Aquella mañana en el día de su cita, el Dr. Ludovico era su superior. Éste parecía muy plácido, arrecostado en su sillón de cuero, con las manos cruzadas frente a la frontera de su poder: su escritorio.

Y cuando se le va el sueño, ¿piensa en la muerte?, planteó el doctor. A veces doctor. ¿Tiene miedo de morir? Sí y si sueño que estoy en un túnel desde cuyas grietas caen cristales a manera de escarcha, entonces despierto con la sensación de tener la sangre congelada. ¿Se siente amenazado? Puedo decir que no le tengo  miedo a mi familia, pero hago todo lo posible por evitar la cama y el silencio.

Esta cita fue la más prolongada que yo haya presenciado. El tiempo de espera se siente más denso cuando se lleva a cuestas la vejez.

Atrás quedaron las luchas cuando trataba de imponerme a su autoritarismo. Sentí la fortaleza de sus brazos cuando pretendía no obedecer. Ambos,  viviendo en campos separados, su propia frustración.

Sin embargo, hoy ya no voy más voz para seguir gritándose, siento sus jadeos y la falta de aire de tanto vivir o de tanto vivir o de tanto enfrentarse con sus demonios.

Él, ahora es un anciano retirado de sus obligaciones navales. Él, a sus ochenta y tres años y yo con mis treinta y ocho, a puertas de entrar a una vida reposada asumo que la vida es un viaje a donde el tiempo te induce a un destino cosechado.

Los años dejan un saldo para Efraín, convivir con su vejez tan solitaria como su cama.

En la vorágine del diario vivir, en su pasado y en el mío quedaron consumadas las peleas, contenciones de una paternidad compleja y una adolescencia incomprendida.


Cuando te sientes con fuerzas, sacas la frustración hacia el mundo que te rodea. Pasaba días sinitiendo que el alcohol era lo único que apagaba mis furias contenidas. No podía asimilar que viví en medio de ambos, en medio de sus demonios y batallas: Una mujer que no se siente en el lugar que le corresponde, un hombre que vive con las canas encima bajo su condición de hijo obediente. Ella partió dejándonos la vida que pudimos. Yo escapaba por las noches, me gustaban las bebidas que ardieran la boca del estomago y que el azúcar se impregne en las papilas mientras se desahogaba en los brazos de amores efímeros. Una buena de esas noches, yo preferí estar acompañaba de mi novio Ulises y beber al pie de la puerta.

Nos reímos como niños en parque de diversiones. Casi no mostrábamos afecto delante de todos. Siempre pensé que no lo quería en mi casa. Yo lo quería, pero el amor resulta ser más profundo: entenderse y ser entendido. Cuando hay amor casi desplazas tus decisiones, sobre todo cuando vives un primer tiempo de miradas y brillos. Yo accedí a sus insistencias porque era bueno con mis caprichos. Esa noche, pensé que mi padre y mi hermano estaban durmiendo, pero cuando el alcohol se diluyó en medio de nuestro diálogo tan cercano, tan íntimo; sentí su voz resonante, portentosa amenazándome por detrás.

Te he dicho que pases carajo. Me levanté y respondí. No quiero. No hubo más palabras, toda su fuerza recayó de un tirón hacia adentro. Mis reacciones solo sirvieron para tener un poco de más trabajo. Mi hermano fue a darle una mano hacia mi brazo izquierdo. Recordé que podía recurrir a mis piernas, pero el exceso de aquel ron cubano fue motivo para mis vahídos y después de un buen lapso de lágrimas, me dormí. Al poco tiempo, Ulises y yo tomamos rumbos distintos. No podía dejar que siga con una jovencita que solo lo quería para ocultar sus vacíos.

¿Dónde estuviste Efraín, cuando quise un abrazo que apagara mis pesadillas? ¿Dónde encontrarte cuando a mis siete años solo quería un beso en la frente para así conciliar  el sueño azul en el abismo de la noche?

Aunque no existen respuestas, el silencio es una señal de que las tormentas son parte del pasado cuando se trata de sentir los vacíos y luego de treinta años siento que su vejez es la etapa perfecta para las conversaciones sin final, el momento exacto para compartir puntos de vista sin conclusiones para recordarme la aventura de un viaje sin conclusiones, para recordarme la aventura de un viaje de más de mil veces y escuchar su relato mil y uno en un año.

La vejez es la etapa para perderse y volverse a encontrar.

domingo, 13 de agosto de 2017

Town

[se puede vivir tanto  y nada con su distancia
los besos se inventan cuando solo existes en su silencio

en julio, su voz se vuelve un temporal alejado
estar para no verse más]


Había una vez un mundo de neón
el dominio cobra vida en luces
bajo, se asoma la luna

El humo me rodea
floto  en lenguas sub-atmósfera
las miradas atraviesan los deseos

Por cada mañana, la noche parecía infinita
la identidad puede ser solo un juego
movimientos en golpes
golpes dándose vueltas
vueltas que exsudan sensualidad
mi cuerpo habla de las almas estrógenas
mis labios temen, pero me gusta


lunes, 7 de agosto de 2017

Fueron días de feria

Ayer, domingo seis de agosto, Lima vivió su último día de feria librera. Este año guardaré en mi memoria un recuerdo especial. La publicación de dos poemas homenaje, a dos seres que son el origen de mi historia. Me siento feliz por ellos. Sea bueno o no, así es como los quiero.
Anoche escuché que los blogs ya están caducos, me resisto a esa idea. Siempre veo cuantas miradas se animan a dar una vuelta por aquí. No me inquieta si llega la popularidad. Creo que de lo particular, así sea mínimo es suficiente para darle sentido. Quiero estar tranquila y dejar seguir que el tiempo me enseñará lo que es auténtico.

domingo, 30 de julio de 2017

Destino

Parecía  que ésta iba a ser una mañana como tantas. El móvil no sonó tres, sino cuatro veces. Ésa es la señal para que piense como un día para recordar y hasta escribirlo.
Mientras que escuchaba el agua correr por su cuerpo, revisé los titulares algo desanimada. Ver el tiempo que pasa sin descanso, acumular vida sin emociones, cobijarse en un lecho estéril es una suerte de convivencia solitaria.
Fernando se fue como todas las semanas, a hacer negocios en el Oriente. Hace más de cinco años que hace sus valijas solo.
Me he acostumbrado a los estados de abandono en que me deja. Sin embargo, esta vez me he olvidado de llevar conmigo el móvil. Me siento a tomar un café en la plaza. Siento que soy nueva en la ciudad. Voy a cambiar me digo. Voy a buscar un destino que despeine mi kharma bucólica. Ya no lucho, se acabaron las armas. No se puede estar tan simplemente amaneciendo en silencios. El amor cuando desciende se vuelve monótonamente agónico.
Me preparan la cuenta y ya  pensé en el color de mi mudanza. Esta soledad me viene con una nueva personalidad. El coral es para mí, solo un bolso me basta. Dejaré mi ropa de cama por si la necesite cuando vuelva a acordarse de mí.
Estoy fuera y muy lejos para acabar con esta vida encerrada en sus agendas, sus reuniones hipócritas, su prisa por tomar el café; en suma, sus ausencias insoportables.

La noche ha caído enseguida, me siento a esperar el tren que se anuncia como un contrapunto de furia por abandonarlo todo.

#CuentosDesdeLaHabitación

sábado, 22 de julio de 2017

mirada

ambas viajaban juntas, pero enajenadas una de la otra. La menor se perdía del mundo mirando a través de la ventana y meciendo su cabeza por la potencia de los audífonos. La mayor, solo se conformaba a espiar de costado, el jugueteo de los dedos según marcaba la partitura.

miércoles, 19 de julio de 2017

Tiempo de quiebre

Dicen que todos los vecindarios guardan historias de amor memorables o como en este caso, de amistad.
Conozco a Sebas desde hace muchísimos años, de cuando bordeábamos los siete y solíamos jugar en la calle acompañados de otros niños, todas las tardes de verano.

Sin embargo, por esos días aún no éramos nada. Ser lo que somos se dio con el transcurrir de los años, producto de una casualidad o de algo predestinado que propició nuestro reencuentro, pero ya de adolescentes. Y desde entonces, no nos hemos separado salvo por un lapso o tal vez deba decir lapsus por parte de él que lo impidió estar conmigo en uno de los momentos que más lo necesitaba, pero que en algún detallaré.

Sebas vivía a siete casas de la mía y era costumbre de niños jugar cada verano. Nos divertíamos a rabiar con las descargas de adrenalina en cada vida salvada con <>, <>, <>, etc. y para terminar la euforia al caer la noche, unas vueltas con la <>. Oportunidad perfecta para besarse.

Lo cierto es que Sebastián se volvió un fan más, él moría por la niña de enfrente de su casa, ella se llamaba Laura. Era su increíble belleza lo que cautivaba a los niños del barrio. Su belleza era el brillo de sus cabellos castaños, sus ojos café, muy bien delineados, nariz perfilada y unos labios carnosos por demás excitables. Rasgos tan perfectos como para tener un club de admiradores.

Mi amigo solo esperaba el momento para declararse. Sin embargo, parecía que nunca iría a llegar. Ernesto era el muchacho que no perdía el tiempo cuando hay víctimas por conquistar así que a Sebas no le quedó más remedio que resignarse y aguardar.

Pasaron los meses y llegó lo terrible en la vida emocional adolescente, Ernesto fue más oportunista, más aventado, más cazador, más territorial como lo es un varón inquieto y persistente en plena fiesta hormonal.

Cuando Sebas se enteró, empezó a planear el golpe y poner fin de una vez a su angustiada espera.
Por la noche, no durmió, se la pasó contando las palabras que vendrían a su mente frente a ella. Detrás del espejo había pánico encerrado.

Las horas se fueron sin más por contar. Con el canto de las aves, aclaró.  Sebastián se recuperó, miró el reloj que ya marcaba las seis de la mañana, respiró profundamente y se levantó.
Aunque para él fuese un gran día, no lo era tanto para mí, será porque en aquella época no había aún mayor vínculo que nos uniera que el de jugar y nada más.

Me enteré de la respuesta de Laura muchos años después, cuando nuestra amistad se volvió madura. Según Sebas, la respuesta lo volvió frágil y decisivo con su vida sexual.

Son muchos los recuerdos que tengo. Hemos vivido experiencias juntos, de adolescentes a adultos. Creciendo, aprendiendo de nuestros errores y un poco de éxitos. Han sido varias las ocasiones por impulsarlo, a pesar de sentirme como en un hoyo.

De eso se trata, vivir del tiempo de quiebre. Ese vínculo que fue una vez especial y que compartimos. Era ir por ahí, hacia el último rincón del mundo. El tiempo de quiebre es pensar en ese lugar que nos espera cuando llegue lo siguiente y lo que Dios tenga reservado. Tiempo de quiebre es hablar de todos los inolvidables momentos que vivimos juntos.

Cuando llegamos a la secundaria, cuando nos perdíamos y el alcohol era el centro de la vida. Era vida para los amores, cigarrillos y alcohol, mucho.

Tiempo después, por inercias de la vida social, Sebas tuvo una chica. Logró un poco eso de ser enamorado. Las chicas no le eran importante, no más que Rodrigo. El novio que se podía desear, pero él era de Dulce. Y Dulce era de él.  A veces pienso que el amor tiene fecha de vencimiento.

Solo fueron coincidencias y nos enrolamos. A mí me gustó aún siendo de ella,  solo que mi silencio y dejarlo al tiempo fue tal vez lo que nos unió. Rodrigo y yo estuvimos cerca de un año.

En este tiempo mi amistad con Sebastián fue accidentada. Yo llegué a sentir celos y fastidio cuando llegaba con su bicicleta a entretenerlo. Sin embargo, los meses pasaron, me sentí forzada a terminarlo.
Al poco tiempo Sebastián volvió a mi vida como cómplice de mi soledad.

Fue una mañana de paseo en bicicleta cuando me lo confesó. En la noche de mi cumpleaños, ambos se embriagaron; mientras que yo me despedía de los invitados. Ellos se quedaron en la terraza, riendo, respirando el aire tibio de un verano prolongado. Las distancias poco a poco se fueron acortando cuando la mirada se volvía intensa. Casi sin pretenderlo, se quisieron nunca antes tanto con lo profundo de un beso.

El tiempo de quiebre es más importante que todo pasado, el presente eres tú y lo que te espera. El tiempo hace relaciones, pero también las vaporiza.

Por los momentos especiales, por los difíciles; Sebastián era mi hermano, el amigo con quien perderse en ese último rincón que queda en el mundo.

#TiempoDeQuiebre #CuentosDesdeLaHabitación

viernes, 14 de julio de 2017

si la sigues, ¿me ayudarías a ponerle el título?


martes, 11 de julio de 2017

una balada en silencio


separarme de ti
me ha convertido en un cuervo
que vuelve cada noche
a su habitación
para perderse en el silencio de tu ausencia
para huir del carnaval de bocinas

ex-trañarte es:
ver el celular silente
esconder mi humanidad entre las sábanas
sin más batallas por pelear en tu espalda
solo porque nuestros ciclos de vida
nuestros universos son irreconciliables
la realidad sigue siendo
un trago de los más ríspidos
no encajamos en el día a día

aunque algunas noches hemos encendido tu caverna
hoy el tiempo hizo lo suyo
tus herrores y los míos se los tragó el viento del olvido

#pasadodesdelahabitación

lunes, 10 de julio de 2017

#modowinter


Desde mi habitación


cuando sientes que pasan los años, muchos objetos se han marchado para emprender otros destinos, las fotos se quedan conmigo aunque las distancias sean más dolorosas, he mudado mis sensaciones por una vida más detenida (2017)


 
 
(2008)

(2009)

(2010)


martes, 27 de junio de 2017

El Tercer Reino

https://twitter.com/mundo_butterfly/status/879650002074832896

viernes, 9 de junio de 2017

Entre el límite

 
Un mundo que me hace sentir el límite
mientras que estoy en él
me olvido de la vida
mientras que estoy en él
aflora mi esencia
los movimientos de mi cuerpo
solo obedecen a cada golpe
en una especie de ritual

Cuando llega la luz del día
y el mundo gira
me detengo pensando
qué dirección debo tomar



https://www.facebook.com/notes/abril-butterly/entre-el-l%C3%ADmite/388437382766/

viernes, 2 de junio de 2017

BlackOut

cuando la rutina estruja el corazón
cuando la rutina estrangula mis sueños de cometa
mi alma colapsa en el Blackout

de lunes a viernes, hay veces
en las que abro los ojos
deseando:
que la luna se apague
que este planeta gire a media órbita
darle la espalda al despertador
que amenaza: "levántate, el sistema te espera"

de lunes a viernes el aire de la oficina asfixia
entonces cierro los ojos

me abrocho el cinturón de un bus sin rumbo
para encontrar algún paradero fantasma
para extraviar por siempre el calendario de mi rutina
eludirle a mi conciencia la marcación de tarjeta
clausurar mis oídos cada vez que la jefa despierte su frenética histeria
para quien los achaques es una filosofía de vida

hay veces en las que cierro y abro los ojos
esperando pasar el Blackout de la monotonía

mientras tanto, Quino irrumpe en esta construcción
"Paren el mundo que aquí me bajo"
y me cuelgo de Kafka
sí, porque a veces amanezco con Gregorio Samsa bajo mi piel
sí, me creo un bicho existencialista
y me fumo los pensamientos de Nietzsche
hasta que las cuentas, el sol, el bus, el alba, las manecillas, el mañana cambien de color

son las seis...
una vez más

 

miércoles, 17 de mayo de 2017

past

hubo un tiempo mío
de madrugadas a noches
doce horas por día
solo podía girar en vida, de sábado a domingo

al abrir mi clóset
las endorfinas brincaban de fiesta
con la sola idea de entregarme a la noche
bailando en el trópico  de la psicodelia
en medio de amores [entre líneas]

Ellas, a la caza de su otra mitad
para hornear la hostia del amor libre
donde "se suelen liberar las mentes"
descubrirse al sexo cuando el amor escapa por los conductos

miércoles, 5 de abril de 2017

Revista Q de la Universidad Católica del Perú (PUCP)

La noche del sábado 28
no aposté al corazón
y tras unas horas
nos embriagamos
para soltar las culpas
por una vida desatinada
 
Dicen por ahí que cuando te ves reflejada en una mirada
es cuando suenan las campanas
 
Y el amor no resulta de sumas simples
ni por dar más, se multiplica
 
Lo que se dice amor
Se apuesta
Se arriesga
aunque las probabilidades sean
mayores
"que se pierda la razón"
 
"Toma mi corazón,
Late y vibra
como las fibras".
 
Mi conciente susurra
 
20/03/17

martes, 31 de enero de 2017

Viaje

han pasado poco menos de veinte años desde la noche que volaste sin retorno
era casi el último de marzo próximo a mis quince
desde esa noche hice las maletas con cada retrato
pintado en la soledad de este cuarto vacío

aunque haya pasado más de la mitad de mi vida
sin la protección de tu piel
y soportado nueve calendarios
para entender que tu universo traspasó mi dimensión
aquí estoy sentada en medio de la nada
esperando el tren que me devuelva
hacia tu morada en el Eliseo

en esas maletas conservo celosamente los retratos en tu nombre
cubiertos con el zafiro de mi infancia
objetos grabados con tus iniciales
por tener el coraje de parirme

las diecinueve cartas escritas en tu cumpleaños ausente están ahí
porque después de ti
tuve que encontrar otro refugio, escribir

crecer lejos de ti ha sido aterrador
miraba el cielo para imaginarte
curando mis heridas
lejos de ti, se me hizo difícil volverme mujer
arrugaba la almohada con tu foto prendida en ella
mascullaba en la penumbra si por un segundo podía escucharte susurrar

sí, fue difícil tragarme los años de crisis
confusiones de mujer adolescente de adolescente mujer
en un mundo que se me cae a pedazos

las botellas me acompañaron en cada viaje vacío de hogar
en medio de noches de luna mundana
pero aquí estoy, una sobreviviente de las inyecciones y las pastillas
que en el día menos esperado vio su ángel

mis maletas y yo están listas para el Viaje
para cuando mi reloj se detenga
al lado de ellas, veo pasar los calendarios que me restan
para buscar tus pisadas en el Eliseo

 

lunes, 2 de enero de 2017

Tortugas (2017)

La idea de perdernos, mudar nuestras ropas de niños como para escaparnos de los parámetros, que intentaban los grandes imponernos; era divertida. Jugar a ser adultos conjugando el ritmo de nuestros torsos sobre las piedras alborotadas de arena, en aquella playa "Las Tortugas" del Norte.

Partiendo de Lima, las dos horas de camino en El Huachano no nos fueron suficiente para besarnos. Íbamos mimetizándonos en el brillo de nuestras miradas de dieciocho. Al Huachano, lo cogimos en plena carretera, a la mitad del precio de lo que cuesta un pasaje en la estación y con solo levantar el pulgar derecho pudimos seguir el rumbo sin tener que mostrar tarjeta de indentificación.

Cuando llegamos al kilómetro trescientos noventa y ocho de la Panamericana Norte, había caído ya la noche.

Cruzamos la carretera tomados de la mano, Octavio llevaba la linterna en la otra, mas en pleno camino las baterías se agotaron; (andando casi a ciegas), de pronto él cayó en un hoyo. Solos en la penumbra nos tomamos tiempo para reírnos más que preocuparnos. Sellamos el comienzo de la aventura con la cinética de un tímido beso, luego caminos acompañados: gaviotas insomnes aleteando en la bahía.

No nos tomó mucho tiempo encontrar la casa de playa de sus padres. Lo primero que hicimos dentro fue marcar nuestro territorio con velas aroma de vainilla y poco a poco se fueron sintiendo sus efectos; es decir: la balada de dos almas dejándose llevar al compás de sus fricciones, la danza piel contra piel de labios fluyó, confundiéndonos en el ritmo de dos cuerpos locos por estallar.

Esa noche nuestras hormonas solo reposaron cuatro horas y por cada vez que lo hacíamos, le juraba ser: "la madre de sus hijos".

A la mañana siguiente, mis sentidos despertaron por la humedad marina provocándome lascivia, mis dedos jugaban sobre su espalda, pero él seguía profundamente dormido.

Pasada las once el hambre nos sobrecogió. Fuimos a caminar por el malecón en busca de alimento, pero en octubre es difícil encontrarlo en cualquier balneario; por lo que decidimos caminar por los peñascos.

De pronto, empezamos a jugar como niños, chapoteamos como si por primera vez sintiéramos el mar; pero, los movimientos me nublaron, mi mente dio varias vueltas de campana. Cuando intenté ponerme de pie, me sentí desvanecer. Entonces Octavio me tomó en sus brazos y me acostó. Me dio de comer unas galletas que compró de inmediato. Cuando las fuerzas volvieron en mí nos fuimos a cocinar. En realidad, él solo observaba y me besaba por detrás, era hijo de padres machistas y yo, una hija de padres divorciados de abrazos.

A las horas siguientes cayó la noche, las revoluciones disminuyeron, el dinero se hizo poco, los preservativos también. A la mañana siguiente: era momento de partir y poner fin a nuestra luna de miel ausente de matrimonio. Volver a la impronta marcada por nuestros patrones de vida.

Él, a sus clases de ingeniería metalúrgica, a su tabla los domingos por la mañana (recuerdo que intentó enseñarme a correr olas, una mañana que con engaños aseguré que iba a una clase de matemáticas vacacional). Él volvió a la rutina de lunes a viernes, trabajar como la mano derecha en el negocio de su padre.

Yo en tanto, estudié turismo aunque anhelaba ser periodista o ganarme la vida gastando vanas palabras, pero los míos no lo veían productivo ni propio por mi mediocre récord de notas escolares.

Luego de meses y un poco antes de que se nos acabaran los dieciocho le dije: adiós.

Octavio y su familia querían una mujer que atendiera a sus hijos y yo solo quería divertirme de bruces, trepada de él en su moto arenera para después algún día sentarme como ahora, contarlo a medianoche bajo el trance que provoca el aroma de un café adulto.

Bang, bang estás muerto: el juego mortal de un adolescente

Estamos inmersos bajo la ley del gatillo. De la ficción (no tan irreal) estamos frente al escenario para ver la propuesta adaptada que tiene...